Céline Antunes : Embajadora Schwarzkopf Professional

¿Céline Antunes desde cuanto tiempo es empresaria ?
Me fui a vivir en 2001 en Grenoble. Antes el número de clientes creciendo y como no podía empujar las paredes me mudé en un lugar más adaptado para las catorce personas que éramos en 2005. ¡He pasado desde 38 hasta 120 m2 ! Se puede ahora respirar y trabajar más fácilmente.

 

 

Trabaja también en escena y su marca está asociada a volúmenes XXL que sale del marco, ¿ por qué ?
Primero, los shows son antes de todo, procesos artísticos. Me gusta transformar el cabello. Soy una transformista. Pero aunque mis primeros shows eran m más marcados por el tema extraordinario, me gusta hoy mezclar los estilos y mostrar que puedo también manejar las planchas para hacer bonitas ondas. Y sobretodo expresarme con un cabello natural.

¿Qué pasa con sus imágenes, están adaptadas a sus clientes?
La imagen atrae la mirada y si algunas colecciones son importables, tienen la ventaja de reclamar, despertar la curiosidad. Un peluquero tiene que mostrar su sentido artístico para que el cliente sienta esta capacidad de crear, de encontrar esta cosa especial de cada uno. Y también tiene que alimentar los sueños, ¡elemento que la profesión puso de lado hace algunos años!

¿Cuál es su punto de vista sobre su profesión, la peluquería?
Primero, creo que la Educación Nacional tendría que revisar su orientaciones en cuanto a nuestros trabajos manuales. Ya no considerar el artesanía como un vía muerta lo que permitiría reclutar jóvenes motivados y no náufragos del itinerario tradicional. Por consecuencia: más respeto para los peluqueros como los modistos por ejemplo.

¿Ha participado recientemente al concurso hairdressing Awards, por qué?
Los concursos generalmente traen reconocimiento. Nos conducen a la superación de sí mismo, al perfeccionismo. Este universo me conviene para eso. Desde que empecé las competiciones, he perfeccionado mis capacidades y agudizado mi mirada para las fotos.

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